Balmain convierte a Beyoncé en una diosa egipcia 

Beyoncé se subió ayer al escenario del Coachella Music Festival en una de las apariciones más esperadas y que más expectación había generado.

No se puede negar que los conciertos de la cantante son auténticos shows, de esos que se recuerdan y que dejan huella. Una mezcla de elementos minuciosamente cuidados, entre los que se incluyen la música, el baile y el estilismo que hacen del acontecimiento una experiencia única.

Beyoncé siempre se ha declarado una apasionada de la moda. Son frecuentes sus apariciones en desfiles y eventos del sector, así como su estrecha relación con algunos diseñadores.                   No hay ninguna firma que se le resista a la cantante, todos quieren colaborar con ella y que luzca alguno de sus diseños.

En esta ocasión, le ha tocado el turno a Balmain. La maison francesa ha sido la encargada de idear y confeccionar todos los estilismos que la artista lució ayer sobre el escenario.

Fueron varios los cambios de look a lo largo de la actuación, pero el gran momento de la noche se produjo al ver aparecer a Queen B en un body repleto de piedras preciosas, cubierta con una larga capa y portando un bastón. Fuerza, poderío y elegancia.

Todos los elementos integrados en el estilismo estaban perfectamente estudiados y engranados. Los complementos, unos pendientes de gran tamaño y una corona que le cubría la cabeza no pasaban desapercibidos.

Pero, ¿por qué ha optado Beyoncé por Balmain?

Todo empezó cuando el estilista de la cantante, Marni Senofonte, se acercó a Olivier Rousteing tras el desfile en el que el diseñador presentaba su colección de invierno 2018.

Marni le comentó a Rousteing que se encontraba buscando al diseñador idóneo para crear el traje que llevaría Beyoncé en su actuación en Coachella. "Marni me dijo que el espectáculo giraría en torno a la supervivencia, por lo que Queen B estaba interesada en el estilo militar" comentaba el diseñador sobre el encuentro.

Durante todo el proceso de creación, Olivier trabajó codo con codo con Beyoncé, muy implicada en el proyecto. "Creo que de lo que me acordaré toda la vida es de estar sentando en el suelo con Beyoncé cortando tela" concluía el creativo.

Apenas unas semanas tuvo en diseñador para confeccionar el estilismo. Además, también debía vestir a los más de 200 bailarines que la acompañarían en el escenario.

Pese al intenso trabajo sin descanso, Rousteing dijo sentirse completamente satisfecho y orgulloso del resultado final. Y no solo él. También contaba con el visto bueno de Jay- Z. "Cuando Jay vio a su mujer con la capa puesta, abrió los ojos y dijo `Oh, wow!´".

Desde luego, todo un acierto. La colaboración entre el diseñador y la cantante permitió que disfrutásemos de una creación digna de ser recordada.